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Nota de prensa

La Iglesia de Jesucristo bendice a los hijos de Dios en Filipinas

El élder Andersen, un Apóstol, enseña a los jóvenes el Templo de Alabang, Filipinas, visita proyectos de sillas de ruedas, escuelas y personas sin hogar, discursa en el CCM de Manila y ministra a muchas personas

La visita de nueve días del élder Neil L. Andersen en Filipinas estuvo repleta de oportunidades de enseñanza y servicio. Desde un paseo con jóvenes por la Casa del Señor en Alabang, en proceso de construcción, hasta una ceremonia de entrega de sillas de ruedas, pasando por una visita a un refugio para jóvenes sin hogar, un proyecto de viviendas y muchas otras cosas, el Apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y su esposa, Kathy, compartieron mensajes de amor y esperanza con muchas personas.

El Templo de Alabang, Filipinas

En la mañana del martes 20 de febrero de 2024, el élder y la hermana Andersen pasaron una hora recorriendo las salas del Templo de Alabang, Filipinas, en proceso de construcción, con seis jóvenes de dieciséis a dieciocho años.

“Todo lo que hay aquí habla del poder y la veracidad del Señor Jesucristo”, enseñó el Apóstol. “Sin Él, no tendríamos nuestra resurrección, no podríamos vivir con nuestro Padre Celestial y no podríamos anticipar todas las bendiciones y el poder que llegarán gracias a Su vida divina”.

En la sala de sellamientos, donde se celebran matrimonios, la hermana Andersen reflexionó sobre el milagro del amor que continúa creciendo aun después de sus cuarenta y nueve años de matrimonio.

“Han pasado muchos, muchos años, y puedo decirles que lo amo infinitamente más hoy de lo que lo amaba el día de [nuestra boda]”, declaró. “La bendición más extraordinaria que podemos recibir de nuestro Padre Celestial es arrodillarnos ante el altar del templo y ser sellados a fin de recibir bendiciones aquí que no podemos recibir en ninguna otra parte de la tierra. Espero con anhelo los próximos cuarenta y nueve años, y luego toda la eternidad, porque estoy segura de que mi corazón va a seguir creciendo”.

En el salón celestial, el élder Andersen dijo a los jóvenes que aquí están más cerca del cielo que en ningún otro lugar mientras estén en la tierra.

“Es casi como tener un pie en la tierra y un pie en el cielo [en esta sala]”, dijo. “Sentimos la presencia del Señor y sentimos Su influencia y la presencia de Sus ángeles”.

Discurso en el CCM de Manila

El miércoles por la noche, el élder y la hermana Andersen se dirigieron a los 206 misioneros que se encontraban en el Centro de Capacitación Misional (CCM) de Manila.

“En cualquier momento, de día o de noche, [podemos] acudir a [Dios] y decir: ‘Padre, ¿estás ahí?’”, dijo la hermana Andersen. “No tenemos que programar una cita; no tenemos que planificarlo con antelación; simplemente tenemos que orar a Él. Para mí, esa es una de las bendiciones más maravillosas y sublimes de nuestra vida terrenal”.

El élder Andersen enseñó a los misioneros cómo superar las dificultades en sus misiones.

“Hagan exactamente lo que la hermana Andersen les enseñó”, dijo el Apóstol. “Arrodíllense y digan: ‘Padre Celestial, me siento muy solo aquí; me siento incómodo. Por favor, por favor, Padre Celestial: ayúdame. Ayúdame’. Y a medida que se preparen y oren con un corazón sincero y obedezcan sus compromisos misionales, Él bendecirá su vida y llegarán a ser más de lo que nunca han sido”.

El élder Andersen recalcó: “Lo más importante que pueden hacer como discípulos de Jesucristo, como siervos de Él, como visionarios de Su mensaje, es proclamar y enseñar quién es Él y lo que Él puede brindar”.

Distribución de sillas de ruedas y prótesis

Ese mismo martes, el élder y la hermana Andersen participaron, en el Ayuntamiento de San Juan, en una entrega de sillas de ruedas y prótesis de la Iglesia y de otros colaboradores a personas necesitadas. Sesenta y siete personas recibieron sillas de ruedas y otras diecinueve recibieron una prótesis que necesitaban.

“Esto es simplemente un acto de amor. Creemos en Jesucristo y creemos en los dos grandes mandamientos”, dijo el élder Andersen. “Cuando nuestro prójimo sufre, cuando necesita ayuda, nuestros donativos no provienen de una gran iglesia, sino que provienen de personas locales, de personas que están aquí en Filipinas, de personas que quieren compartir lo que tienen con los necesitados. Personas de todo el mundo han contribuido a estas sillas de ruedas desde todos los extremos de las Filipinas, desde los continentes de África y Norteamérica, desde Sudamérica y desde Europa.

El élder Andersen, dirigiéndose al alcalde Francis Zamora, continuó así: “Rogamos que esto no sea una experiencia puntual, sino que mientras haya personas en esta comunidad que necesiten ayuda y necesiten sillas de ruedas u otras cosas especiales, que nos llamen, que nos permitan dar de nuestro tiempo y de nuestro dinero. Creemos en compartir lo que tenemos”.

Luego, el élder y la hermana Andersen repartieron una pequeña imagen de Jesucristo entre las personas que recibieron las silla de ruedas y las prótesis.

“Esta pequeña imagen nos recuerda que un día Él regresará a la tierra”, dijo el élder Andersen. “Aquellos que han cuidado y velado por los demás serán bendecidos sin medida, y aquellos que han sufrido aquí en esta vida y han tomado su cruz con dignidad y con fuerza serán bendecidos. Dejo una bendición sobre todos ustedes que están aquí para recibir estas sillas y ruego que su vida pueda ser un poco mejor gracias a este sacrificio de tantas personas en todo el mundo”.

La Iglesia colaboró en el proyecto de las sillas de ruedas con Physicians for Peace, la University of East Ramon Magsaysay y la ciudad de San Juan.

Donaciones al complejo de viviendas Girls’ Home Boys’ Town

El miércoles 21 de febrero de 2024, el élder y la hermana Andersen visitaron el complejo Girls’ Home Boys’ Town en Manila, donde distribuyeron estuches escolares y de higiene. Los estuches escolares contenían mochilas, cuadernos, blocs de notas, bolígrafos, crayones y lápices. La Iglesia también entregó al refugio aparatos de aire acondicionado, sillas, ropa, computadoras, secadoras, congeladores, colchones, almohadas, equipos de sonido, mesas, televisores y lavadoras.

El Apóstol enseñó a quienes se encontraban en el complejo (huérfanos, adolescentes con problemas y otras personas) acerca de su valor eterno.

“Nuestro Padre Celestial los ama y los conoce exactamente como conoce al primer ministro de Filipinas”, dijo el élder Andersen. “Todos somos iguales ante sus ojos. Yo tengo una gran responsabilidad en el mundo, pero Él no me ama más a mí de lo que los ama a ustedes; no me conoce más a mí de lo que los conoce a ustedes. Nunca lo olviden. Y aunque ahora están viviendo un momento de transición, a medida que vayan creciendo hasta poder contribuir a una familia, casarse, tener hijos y amar a otras personas, nunca olviden esto: son hijos de Dios. Él los ama, pueden recurrir a Él, Él escuchará sus oraciones y ustedes podrán percibir sentimientos que provienen de Él”.

Al concluir el evento, una de las jóvenes que vive en el refugio ofreció una oración y dio gracias por los visitantes, añadiendo: “A pesar de que no estamos con nuestras familias, Tú nos has enviado un amor más gratificante y más poderoso, una familia que está llena de amor. Señor, no sabemos lo que nos depara el futuro, pero tenemos confianza en Ti. No estaríamos aquí hoy si no fuera por Ti”.

Al salir, el élder y la hermana Andersen conocieron a una niña que ha vivido allí desde que era recién nacida. La niña no puede hablar; sin embargo, durante el encuentro con el élder Andersen, sonrió afectuosamente.

Visita a la Escuela Primaria Holy Spirit en Ciudad Quezón

El lunes 19 de febrero de 2024, el élder y la hermana Andersen visitaron la Escuela Primaria Holy Spirit, en Ciudad Quezón, para compartir un breve mensaje con los alumnos. La Iglesia ha colaborado con esta escuela para desarrollar un programa de estudios en el salón de clases que refuerce principios importantes, tales como la importancia de las familias, para niños de todas las religiones.

“Qué experiencia tan conmovedora fue para nosotros estar con esos maravillosos niños”, dijo el élder Andersen. “Aunque la situación familiar de los niños no siempre sea ideal, el ADN espiritual de un niño es perfecto debido a su verdadera identidad como hijo o hija de Dios”.

Cuando el élder y la hermana Andersen se marcharon, un maestro comentó: “Nunca había visto a estos niños tan emocionados y contentos”.

Más tarde ese mismo día, el élder Andersen habló con la señora Samira Gutoc, de Manila Times.

Visita a jóvenes que preparaban artículos para los necesitados

A última hora del martes, el élder y la hermana Andersen visitaron dos capillas (una ubicada en Taytay y la otra en Ciudad Quezón) donde los jóvenes estaban preparando 250 estuches para madres e hijos, para el Jose Fabella Memorial Hospital de Manila, y 250 estuches escolares y de higiene para Girls’ Home Boys’ Town, un refugio para personas sin hogar en Manila.

“Tratamos en gran medida de ayudar a aquellos que necesitan las bendiciones que podemos darles”, dijo el élder Andersen a los jóvenes. “Pueden imaginarse una madre con un bebé pequeño. Tal vez no esté casada; tal vez esté en la cárcel, como algunas de estas madres; o quizás esté en el hospital y apenas tenga nada. Si podemos prestarle algo de ayuda, el bebé estará contento”.

Luego, el élder y la hermana Andersen entregaron una imagen de la segunda venida de Jesucristo.

“Solo queríamos que cada uno de ustedes tuviera una imagen de la segunda venida del Salvador, porque lo que están haciendo es prepararse para Su regreso a la tierra por medio de su rectitud, su bondad, su amabilidad, su fe y sus testimonios”, dijo la hermana Andersen.

Reparación de depósitos de agua en la aldea Jaime Cardinal Sin

La tarde del jueves 22 de febrero, el élder y la hermana Andersen visitaron la aldea Jaime Cardinal Sin, en Manila, una aldea administrada por la Iglesia católica. La Iglesia reparó tres de los depósitos de agua de las instalaciones para bendecir la vida de las 1200 familias que viven en 980 unidades del complejo de viviendas.

“Espero que se den cuenta de cuán agradecidos estamos por el apoyo constante que brindan a las comunidades necesitadas”, dijo el padre Mark Munda, quien presta servicio en la mesa directiva de Serviam Foundation. “Ustedes son un buen ejemplo de ser testigos del cuidado y el amor de Jesús”.

“Buscamos las oportunidades y el privilegio de bendecir la vida de otras personas”, dijo el élder Andersen. “¿Cómo podríamos brindar una bendición mayor aquí que la de suministrar agua? Nuestro Salvador da el agua viva y nosotros damos agua de un depósito. Aun así, el agua de un depósito es importante, ¿verdad? Los amamos y los consideramos amigos. Oramos por esta aldea y rogamos que siempre podamos estar conectados con ustedes”.

Máquinas de donativos de Ilumina el Mundo

El jueves por la noche, el élder y la hermana Andersen se reunieron con varias decenas de personas en Manila para celebrar y presentar los cheques de las máquinas de donativos de Ilumina el Mundo a organizaciones ubicadas en Cebú y Manila.

Además de los 736 000 pesos filipinos recaudados por las máquinas de donativos de Ilumina el Mundo en Filipinas, la Iglesia va a donar 500 000 pesos filipinos más a cada una de las seis organizaciones con las que colabora en esa región. Estas organizaciones son UNICEF Filipinas, Feed the Children, Cáritas Cebú, Mabuhay Deseret Foundation, HERO Foundation y Cáritas Manila.

“Mis queridos amigos”, dijo el élder Andersen, “los amamos y los admiramos porque son las hermosas personas del mundo que dan de sí mismas, que dan de lo que tienen. Y reconocemos a todas las personas maravillosas que hicieron aportaciones a estas máquinas de donativos y a todas las personas maravillosas que aportaron a esta cantidad adicional para sumarla a la de estas máquinas, a los miles y miles que dieron de lo que tienen. Los amamos porque Kathy y yo tenemos el privilegio de viajar por el mundo y ver a las personas que dan y aman en cada nación, en cada cultura, en cada raza y en cada idioma; y las amamos. Y, sinceramente, tengo que decir que, con las muchas veces que he estado en Filipinas, que no hay nada mejor que la gente buena y generosa de Filipinas”.

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El élder Andersen concluirá su ministerio de nueve días en Filipinas durante el fin de semana, con El Coro del Tabernáculo de la Manzana del Templo, que comienza su gira mundial en Manila.

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