Los convenios nos unen a Dios, enseña el élder Renlund en BYU

Todos los hijos de Dios que han venido a la tierra “son amados de Dios y se les garantiza la inmortalidad gracias a la resurrección del Salvador”, enseñó el élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en el devocional semanal de la Universidad Brigham Young el martes 5 de marzo de 2024.

“Pero no quieren ser simplemente amados hijos de Dios”, continuó, “quieren llegar a ser coherederos con Jesucristo de todo lo que el Padre Celestial tiene. Desean recibir la vida eterna, el tipo de vida que tiene el Padre Celestial. Para que esas bendiciones adicionales se cumplan, cada uno de ellos necesita hacer algo: Deben hacer y guardar convenios con Dios”.

Esta senda que conduce a la vida eterna se llama la senda de los convenios y para todos comienza con el convenio del bautismo. El élder Renlund describió el convenio bautismal como “un testimonio público al Padre Celestial de tres compromisos específicos: Servir a Dios, guardar Sus mandamientos y estar dispuesto a tomar sobre sí el nombre de Jesucristo”.

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“Los otros aspectos que con frecuencia se relacionan con el convenio bautismal —que llevemos las cargas los unos de los otros, lloremos con los que lloran y consolemos a los que necesitan de consuelo— son los frutos de guardar el convenio en lugar de formar parte del convenio en sí. Esos aspectos son importantes porque son lo que naturalmente haría un alma convertida”, dijo él.

La senda continúa con los cinco convenios que abarca la investidura del templo: La ley de obediencia, la ley de sacrificio, la ley del Evangelio de Jesucristo, la ley de castidad y la ley de consagración.

“Sin embargo, estos cinco convenios no son independientes”, dijo el élder Renlund; “no pueden elegir hacer una parte de los cinco; o hacen los cinco convenios, o no hacen ninguno”.

El convenio final de la senda se hace cuando “un hombre y una mujer son sellados en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio”.

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Algunos tal vez se pregunten por qué necesitamos muchos convenios. El élder Renlund dijo: “Es porque los muchos convenios no son solo secuenciales, sino que también son acumulativos e incluso sinérgicos en nuestra relación con Dios. Cada convenio añade un vínculo que nos acerca a Dios y fortalece nuestra conexión con Él”.

Añade: “Los elementos de la investidura y del sellamiento se alinean y refuerzan los tres aspectos del convenio bautismal. Cada aspecto del convenio bautismal y los convenios de la investidura y el sellamiento se superponen y se refuerzan mutuamente”.

El élder Renlund, cardiólogo profesional, comparó el riesgo que afrontamos al alejarnos de Dios con los factores de riesgo de un ataque cardíaco. Destacó factores específicos en su propia vida que aumentan las probabilidades de que él sufra un ataque al corazón, como el género, la edad y los antecedentes familiares.

“Sin embargo, si soy prudente, controlo las cosas que puedo controlar para minimizar mi riesgo de sufrir un ataque al corazón”.

 El élder Renlund, quien fue profesor de medicina en la Universidad de Utah, dijo que incluso una persona con múltiples factores de riesgo “puede mitigar el riesgo al tomar las medidas apropiadas”.

Para demostrar cómo los convenios nos mantienen cerca de Dios, el élder Renlund invitó a Gabriel Abello, Emma Rae Francis y Kate McConlogue a unirse a él en el escenario. Su esposa, Ruth, también ayudó con la demostración. Al colocar una, dos y tres bandas elásticas en las muñecas de los alumnos, ilustró cómo el hacer más convenios disminuye nuestro riesgo de alejarnos de Dios, porque el vínculo es más fuerte y nos acerca más.

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“Esta sencilla demostración es metafóricamente lo que sucede cuando hacemos y guardamos muchos convenios con Dios; nos acercamos más a Él y desarrollamos un vínculo más fuerte con Él”, dijo el élder Renlund. Sin embargo, Dios nunca violará el albedrío de Sus hijos al invitarlos a hacer convenios con Él.

El élder Renlund concluyó su discurso invitando a los alumnos a esperar anhelosamente el siguiente convenio en su trayecto personal por la senda, ya sea el bautismo o la investidura.

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“Además”, dijo, “los invito a centrarse en los convenios que han hecho. Asistan al templo con frecuencia y participen en la obra de historia familiar. Tomen conscientemente la Santa Cena cada semana. Al hacerlo, fortalecerán su conexión con Jesucristo”.

El élder Renlund invita a esforzarse para llegar a ser mejores cónyuges al adquirir atributos semejantes a los de Cristo y que lleguen a “ser los padres que sus hijos merecen”. “Permitan que los muchos convenios los acerquen más al Padre Celestial y a Jesucristo y fortalezcan sus lazos de convenio con Ellos”.

“Esta es la mejor manera de prepararse para recibir todo lo que el Padre Celestial tiene”, dijo; “es la manera en que pensamos de manera celestial”.